miércoles, 23 de marzo de 2011

Sebastián Francisco de Miranda

Precursor del movimiento de emancipación de Hispanoamérica (Caracas, 1750 - San Fernando, Cádiz, 1816). Era hijo de un comerciante canario que había hecho fortuna en Venezuela. Francisco estudió en la Universidad de Caracas y se alistó en el ejército español en 1771. Combatió en el norte de África, en las Antillas y en la intervención contra Gran Bretaña durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1780-81).
Luego se instaló como comerciante en Cuba. Pero fue procesado por contrabando y lectura de libros prohibidos en 1783; porque, efectivamente, Miranda era seguidor de los enciclopedistas y los filósofos ilustrados, cuyo ideario político liberal había adoptado.
Antes de ser desterrado al norte de África, consiguió huir y se lanzó, por lo que le quedaba de vida, a luchar contra la dominación colonial española en su país. Recorrió Europa y Estados Unidos defendiendo la causa de la independencia hispanoamericana, a imagen de lo que habían hecho las antiguas colonias británicas del continente. Su pertenencia a la masonería le facilitó el contacto con las personalidades más relevantes del mundo, a través de las logias europeas y americanas.
Durante su estancia en Francia, se adhirió a la Revolución, que le nombró general, y prestó sus servicios para la conquista francesa de los Países Bajos (1792-93); pero perdió el empleo por un conflicto con Dumoriez. Fue perseguido por el Comité de Salvación Pública durante el Terror (1793), pero se salvó de la guillotina por la caída de Robespierre. Luego presidió una junta de representantes de las colonias españolas de América (fundada en París en 1797), que respaldó su campaña en busca de apoyos internacionales.
En 1806 regresó a Venezuela, habiendo conseguido promesas de ayuda por parte de la zarina Catalina II de Rusia, el presidente americano Jefferson y, sobre todo, el Joven Pitt, primer ministro de Gran Bretaña, de cuyos intereses geoestratégicos se convirtió en agente.
Miranda pretendía formar un único Estado hispanoamericano independiente desde el Mississippi hasta la Tierra del Fuego, para el cual había proyectado una constitución, ideado un nombre -Colombia- e incluso diseñado una bandera (la actual de Colombia, Venezuela y Ecuador). Pero su primer intento de desembarcar en Ocumare fue rechazado por el capitán general de Venezuela; y un segundo desembarco en Coro no despertó la adhesión que esperaba por parte de los criollos, por lo que regresó a Europa en busca de refuerzos (1807).
La invasión de España por las tropas de Napoleón en 1808 creó en las colonias americanas una situación de desconcierto y vacío de poder, que los independentistas aprovecharon para lanzar su revolución con más garantías de éxito: Miranda fundó el periódico El Colombiano, desde el cual coordinó los movimientos revolucionarios que estallaron simultáneamente y con características semejantes en toda Hispanoamérica en 1810; en aquel año regresó a Venezuela, a instancias de Bolívar y de la junta revolucionaria formada en Caracas.
Un Congreso proclamó la independencia de Venezuela al año siguiente, adoptando una Constitución inspirada en la de los Estados Unidos. Miranda fue puesto al frente del ejército rebelde y se proclamó dictador para detener el contraataque español (1812). Pero fue derrotado y capituló sin consultar a sus propios compañeros en aquel mismo año; desacreditado por sus errores políticos y militares, y enfrentado tanto a los republicanos radicales como a los terratenientes conservadores, fue arrestado por Bolívar y entregado a los realistas, que le enviaron preso a España, donde murió.
Tomado de http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/miranda.htm

lunes, 7 de marzo de 2011

José María Vargas

Médico cirujano, científico, catedrático y rector de la Universidad de Caracas, político, escritor y presidente de Venezuela.
Hijo de José Antonio de Vargas Machuca y Ana Teresa Ponce. En 1798, ingresó en la Universidad Real y Pontificia de Caracas, donde cursó de 1802 a 1806. Se graduó de bachiller en filosofía el 11 de julio de 1803. Obtuvo sus grados de bachiller, licenciado y doctor en medicina en el año de 1808.
Apenas terminó sus estudios médicos se traslada a Cumaná, donde vive hasta 1812; luego de iniciado el movimiento de la Independencia, Vargas es parte del Supremo Poder Legislativo de Cumaná en 1811. Se encontraba en La Guaira cuando el terremoto del 26 de marzo de 1812, y allí prestó destacados servicios como médico y hombre público a la comunidad de su ciudad natal, los cuales fueron reconocidos oficial y públicamente por la municipalidad guaireña.
Después del terremoto regresó a Cumaná, y se reencargó de sus actividades profesionales. Cuando llegó Francisco Javier Cervériz a Cumaná, redujo a prisión a todos los que habían tomado parte en la Legislatura, y Vargas fue enviado a las bóvedas de La Guaira donde permaneció hasta comienzos de 1813 cuando fue libertado.
A fines de ese año se embarcó hacia Europa, con el propósito de ir a Edimburgo a perfeccionar sus estudios médicos y quirúrgicos. Allá estudió cirugía, química, botánica, anatomía, dentistería. En Londres obtuvo su incorporación al Real Colegio de Cirujanos. De regreso a América en 1819, se estableció en la isla de Puerto Rico, pues a este sitio, durante la guerra, habían ido a refugiarse sus hermanos con su madre, y administraban una propiedad en el sitio de Aguas Prietas, cerca de la ciudad de Ponce.
En Puerto Rico desarrolló una ingente labor profesional y científica. Allí escribió numerosos trabajos y colaboró con la Junta de Sanidad de la isla. En 1825, decidió regresar a Venezuela definitivamente. El 18 de octubre de 1825 ya está en Saint Thomas y poco después se encuentra en Venezuela.
Desde su llegada se dedicó al ejercicio de su profesión y se incorporó a la Universidad de Caracas como profesor de Anatomía. Primero dictaba las clases en su casa de habitación y luego inició los estudios oficiales en la universidad, habiéndose dedicado a componer un texto de estudio.
En 1827, después de la reorganización de la Universidad por el Libertador, fue electo rector, el primer rector médico, como lo permitían ya los nuevos estatutos. Es a partir de esa época cuando Vargas comienza a dar en Caracas muestras de su capacidad administrativa, de su sabiduría y sentido común. En todas partes se le admira y se le respeta. Las rentas de la universidad, dispersas y atrasadas, son puestas al día bajo su exacta laboriosidad. Se dedica a reorganizar las diversas facultades, a la creación de nuevas cátedras, a las reparaciones físicas de los locales, a la organización de bibliotecas, a relacionar la universidad con otros planteles, de modo que cuando terminó el rectorado de Vargas, la universidad se había remodelado y puesto al día.
Fuera de su condición de médico y cirujano, como profesor de anatomía, inaugura las disecciones sobre cadáveres, procedimiento novedoso para la época, lo que le confirió extraordinaria reputación como docente. Fundó en 1827 la Sociedad Médica de Caracas, con lo que se comenzaron a practicar reuniones científicas en el país.
Es ampliamente conocida su labor botánica en este período y sus relaciones con hombres notables de esta ciencia en el mundo entero; De Candolle, uno de los más grandes botánicos de la época, bautiza algunas plantas con el nombre de Vargasia en homenaje a los trabajos de Vargas sobre la materia. Una vez terminado su rectorado, Vargas se dedicó de lleno a la instrucción, y ya en 1832, fundó la cátedra de Cirugía.
Simultáneamente con sus actividades científicas y educativas, Vargas tomó parte en las actividades políticas, y así lo vemos asistir al Congreso Constituyente de 1830, donde desplegó una gran actividad en las comisiones de trabajo, en las sesiones plenarias y en muchas oportunidades salvó su voto cuando se atacó al Libertador.
Va a ser en 1830 albacea testamentario de Bolívar, encargo que cumple junto con los otros 3 albaceas con religiosa acuciosidad. En 1829, al ser fundada en Caracas la Sociedad Económica de Amigos del País, Vargas fue designado su primer director. Su obra científica es extraordinaria. Sus conocimientos son sólidos y precisos. Goza de una merecida fama de hombre de carácter recio, firme, de una sabiduría universal, humanística y técnica, de un espíritu despierto y una inteligencia viva.
Es por ello que no resulta extraño que, cuando en 1834 se comienza a hablar de los candidatos para el segundo período presidencial (1835-1839), se fijen en él todas las miradas, especialmente las de aquellos hombres que representan la clase intelectual. Había obviamente en esta selección un sentimiento o una reacción antimilitarista. Venezuela se encontraba, hacia 1835, con la presencia personal viva de muchos de los jefes que habían tomado parte en la independencia de Venezuela y de los otros países bolivarianos. 
La mayoría de estos jefes militares eran hombres que oscilaban en el promedio de los 40 años, y estaban todos activos en sus rangos militares. Venezuela veía con desconfianza esa multitud de hombres que tenían lógicas ambiciones políticas y de poder, y las clases intelectuales trataron de anteponer a ellos, como recurso para un posible reforzamiento del poder civil, la personalidad de Vargas. Es por ello que, a sabiendas de que a éste no le atraía la figuración política y que prefería el gabinete tranquilo del estudio, hicieron todo lo posible para vencer su resistencia. La opinión pública caraqueña y nacional lo presiona en forma sistemática para que acepte la primera magistratura.
Vargas insiste repetidas veces en no ser el candidato, ni ser el hombre que puede conjurar los peligros que acechan a la República en esa época, pero al fin cede ante la universal presión que lo lleva en una forma casi unánime al solio presidencial. Fue electo presidente en las elecciones de 1834, voto ratificado por el Congreso el 6 de febrero de 1835 y se posesionó de la presidencia el día 9. El 8 de julio siguiente estalló la llamada Revolución de las Reformas que lo depuso del cargo y lo envió exiliado a Saint Thomas. Páez, facultado para ello por el presidente Vargas, asume la dirección del ejército constitucional y en pocas semanas expulsa de la capital a los rebeldes y repone a Vargas como presidente constitucional.
Continúa en el ejercicio del cargo hasta abril de 1836 cuando renuncia irrevocablemente. Después de esta experiencia se dedica durante el resto de su vida exclusivamente a la causa de la educación. Asume la presidencia de la Dirección general de Instrucción Pública, la cual ejercerá desde 1839 hasta 1852. Continúa dando en la Universidad sus clases de anatomía y cirugía y funda en 1842 la cátedra de Química. Preside la comisión encargada de exhumar en Santa Marta los restos del Libertador y conducirlos a la Patria, misión que queda cumplida en diciembre de 1842. Escribió en estos años numerosos trabajos científicos. En agosto de 1853, sintiéndose enfermo, viaja a Estados Unidos, donde reside primero en Filadelfia y luego en Nueva York, donde muere. En 1877, sus cenizas fueron traídas a Caracas y sepultadas en el Panteón Nacional el 27 de abril de ese mismo año. 
El estado Vargas lleva el nombre de este ilustre venezolano y en su natalicio se celebra el día del médico en Venezuela. Esta fecha fue instaurada en 1955, durante una reunión celebrada en la sede de la Federación Médica Venezolana, en la que se aprobó por unanimidad la propuesta del doctor Ángel Bajares Lanza.
Tomado de http://www.simon-bolivar.org/Principal/bolivar/j_m_vargas_bio.html

Día Internacional de la Mujer

A la mujer

Jairo Oyaga Armenta
La vida es hermosa a pesar de los tropiezos que nos brinda, 
igual que la mujer es como una rosa, 
tierna, delicada y sensual a pesar de las espinas.
Todas son extraordinarias, nos dan vida, 
nos hacen sentir felices y nos cautivan, 
aunque algunas nos lastiman.

Somos lo que somos gracias a ellas 
que en su plan de madres, hermanas o de hijas, 
son los seres más preciosos 
que ha creado Dios en sus días.

Y ni qué decir de las esposas o amigas que nos quieren, 
nos perdonan y nos miman o, nos recogen, 
nos amasan y nos tiran, 
somos suyos mientras vivan.

domingo, 27 de febrero de 2011

Natalicio de José María España


Nace en La Guaira, el 28 de febrero de 1761, José María España, quien conjuntamente con Manuel Gual dirige el importante movimiento pre-independentista que se conoce con el nombre de «Conspiración de Gual y España».

España fue un hombre culto, era asiduo lector de filosofía y política y dominaba los idiomas inglés y francés; en su casa tenía una amplia biblioteca, con obras en francés, inglés y español. Al morir su padre, pasa a regentar junto con sus hermanos una hacienda de cacao llamada «El Carmen», que la familia España poseía en las inmediaciones de Naiguatá. También ejerció el comercio.
En 1793 el gobernador y capitán general de Venezuela Pedro Carbonell lo nombró Teniente Justicia Mayor de Macuto. En los calabozos de las bóvedas de La Guaira se encontraban, desde finales de 1796, Juan Bautista Picornell, Manuel Cortés Campomanes, Sebastián Andrés y José Lax, reos de Estado remitidos presos desde la península por haber intentado establecer allí una república como la francesa. Gual, España y el grupo de conspiradores que los seguían, se contactaron con los reos, quienes reafirmaron sus ideas revolucionarias.
José María España, en su posición de teniente justicia mayor, favoreció la fuga de los revolucionarios españoles, la noche del 4 de junio de 1797, los ocultó en Macuto y facilitó su huida a las Antillas el día 26.
Descubierta la conspiración por las autoridades españolas de Caracas, el 13 de julio de ese mismo año, España y Gual siguieron adelante celebrando reuniones en un sitio denominado Quita Calzón, río arriba de La Guaira.
El 14 de julio las autoridades arrestaron a muchos de los involucrados. Gual y España escapan hacia las Antillas. José María España fue a la isla de Curazao, de donde pasó luego a las de Guadalupe, San Bartolomé, Saint Thomas, Sainte Croix, Martinica y finalmente a la isla de Trinidad.
En 1799 José María España regresó furtivamente a La Guaira, pero su escondite fue delatado; sometido a juicio, se le condenó a muerte por sedicioso y conspirador.
El 8 de mayo de 1799 fue ejecutado en la Plaza Mayor de Caracas. Antes de morir España pronunció las proféticas palabras: «No pasará mucho tiempo sin que mis cenizas sean honradas». 

En ese mismo sitio está la estatua del Libertador Simón Bolívar, de modo que se cumplió su profecía de que sus cenizas serían honradas.o de E
(Tomado de http://www.efemeridesvenezolanas.com/html/espana.htm)

Red de Escuelas Asociadas a la UNESCO

La Red del Plan de Escuelas Asociadas de la UNESCO (red PEAU en Venezuela), que se denomina habitualmente Escuelas Asociadas de la UNESCO, es una red mundial constituida por más de 9000 instituciones educativas de 180 países la cual fue creada en 1953. 
Las instituciones que la integran laboran en favor de la comprensión internacional, la paz, el diálogo intercultural, el desarrollo sostenible y la puesta en práctica de la educación de calidad.
Nuestra escuela fue invitada a unirse a esta red, en conjunto con el resto de instituciones venezolanas, a partir de julio de 2010 debido a que se consideró que el sistema educativo venezolano trabaja en pro de los objetivos de la UNESCO además de promover la participación protagónica de todos acuerdo convenido durante la Jornada de Formación Docente para la Construcción de un Plan de Trabajo en las Escuelas Asociadas de la UNESCO desarrollada en abril de 2010.

MISIÓN

Promover una Educación Integral que propicie la formación de un ser social, solidario reflexivo, crítico, participativo, creativo, centrado en sus realidades, consciente de sus deberes y derechos, formado para afrontar sus necesidades y las del colectivo, consustanciado con su comunidad en la práctica de actividades en espacios públicos y responsable en el uso los servicios que ofrecen las Instituciones locales en pro de favorecer sus aprendizajes y bienestar social.

VISIÓN INSTITUCIONAL

La Escuela Integral Bolivariana Gral. Carlos  Soublette  es un centro promotor de los aprendizajes significativos, del Quehacer Comunitario; de la Democracia Participativa, del Desarrollo Endógeno y se destaca por sus valiosos aportes socioculturales dentro de la Parroquia Naiguatá, conocida  por sus numerosas tradiciones y su amplia herencia sociocultural.

Nuestra Historia



La Escuela Integral Bolivariana “Gral. Carlos Soublette” fue inaugurada el 4 de Octubre de 1.999 por el Presidente de la República Hugo Rafael Chávez Frías con la finalidad de brindar una atención integral a los niños y niñas de la parroquia Naiguatá.

Este centro Educativo se encuentra ubicado en la Av. José María Vargas, sector San Francisco de Asís, Parroquia Naiguatá, contando en sus inicios con la Prof. Aida Morgado  como Directora (E) y como Subdirectora (E) la Prof. Mirna Atencio, así como cuatro secciones de Preescolar, ocho secciones de Educación Básica, un profesor de Educación física, tres auxiliares de Preescolar, dos secretarias y cinco obreros. Adicionalmente, se prestaba el servicio del Programa de Alimentación Escolar.
Después de la tragedia ocurrida en nuestro Estado, en Diciembre del año 1.999, nuestra escuela fue la única en abrir sus puertas y recibir a los niños y niñas de toda la parroquia, logrando reunirlos para que pudieran recibir ayuda de manera organizada bajo la coordinación de la Prof. Mirna Atencio que pasa a ser Directora(E). Sin embargo, el personal de nuestra institución se vio afectado y muchos se desplazaron, por lo cual se reestructuró la conformación del personal y se absorbió el personal obrero y los estudiantes que quedaron de la Escuela Integral Bolivariana “Dr. José María Vargas”.
Durante el año 2000 y 2001 se trabajaron las actividades  recreativas de los estudiantes con los docentes de aula y facilitadores del CONAC hasta que paulatinamente se fueron incorporando los docentes en las diferentes especialidades.
Para el año 2002 se contaba con  una Directora (E), una Subdirectora (E), tres secciones de Educación Preescolar (I, II y III Nivel) con sus correspondientes docentes y auxiliares, nueve secciones de Educación Básica con sus correspondientes docentes, dos profesores de Educación Física, un profesor de Música, una profesora de Danza, una profesora de Educación para el Trabajo, una profesora de Educación Especial, dos secretarias y nueve obreros.
El 16 de septiembre de 2002 se crea el Aula Integrada conformada por dos docentes de Educación Especial con el fin de brindar atención individual a los niños y niñas con dificultades de aprendizaje. A finales del mismo año (18 de Diciembre), se inaugura el Centro Bolivariano de Informática y Telemática “Gral. Carlos Soublette” con la misión de apoyar al Proceso Educativo mediante la incorporación de la Tecnología de la Información y Comunicación – TIC  en los procesos de enseñanza y aprendizaje, tanto de estudiantes, docentes y comunidad; incentivando de esta manera, el desarrollo de actividades productivas, científicas y humanísticas a nivel local, regional, nacional e internacional. Los centros para cumplir con esta misión cuentan en su estructura con: un Aula Interactiva y un Aula de Computación conformada 21 computadoras donadas por Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA), quedando conformada por tres tutoras.

Para el año de 2004 se traslada a la Directora: Profesora Mirna Atencio a otro Plantel y en sustitución se encarga de la Dirección el Profesor Leopoldo Guánchez hasta el año 2005. Durante este período se acometieron obras de infraestructura lográndose impermeabilizar la platabanda, reacondicionar y reestructurar el aula integrada, cubículos de Música y Deportes, colocación de seis pisos de granito, mejoras en el techado de las escaleras y corrección del sistema eléctrico Y de agua potable, quedando dotada todas las áreas de la escuela equipadas con lámparas y ventiladores. También se construyó el Parque infantil “Carlos Soublette” por las maestras y asistentes de preescolar: Crisomar Rodríguez, Hermelinda Pinto, Marjorie Casares en colaboración de Egleé Molina, Noemí García y otras personas  que gentilmente presentaron su colaboración.
Durante el año 2004 se logro diseñar el primer Proyecto Educativo Integral Comunitario  llamado “Juntos, con esfuerzo, lograremos fortalecer nuestra querida escuela”, desde  entonces la Institución se propone profundizar en la solución de sus problemas y los de la localidad, trazándose como meta incrementar la participación comunitaria. 
En la actualidad, dirige el Plantel la Profesora América M. Gómez, como Director (E), una Docente Coordinadora de Formación Permanente Institucional, ocho docentes de Educación Primaria, tres Docentes de Educación Inicial, dos Docentes de Educación Física, dos Docentes de Música, una Docente de Educación para el Trabajo, el Aula Integrada con dos Docentes de Educación Especial, tres Auxiliares de Educación Inicial, dos Secretarias y catorce Obreros.

Se tiene el apoyo de los representantes de Salud Escolar, del Ministerio de Sanidad y Desarrollo Social, para las vacunaciones y el certificado de salud escolar, de los estudiantes y del Centro Comunitario de Desarrollo Integral que se encuentra ubicado en la Unidad Educativa Nacional Bolivariana “Naiguatá”.
A través de su trayectoria, los y las estudiantes de la institución han participado en diferentes programas, proyectos, eventos y concursos en los cuales se han destacado; recibiendo numerosos premios y reconocimientos, entre los cuales: el Festival del Agua, las Olimpíadas del Agua, Encuentros para la Prevención del SIDA, Programa nacional de Prevención del embarazo en Adolescente, Sexualidad y Género, Concursos de Pintura, Ruta Bicentenaria, Proyecto Canaima, Todas las Manos a la Siembra, Plan de Lectura Revolucionario, RED PEAU, entre muchos otros.

El Gral. Carlos Soublette

La  Escuela  Integral  Bolivariana  “General  Carlos  Soublette”,   lleva  el  nombre  de  un ilustre   prócer   y   estadista   nacido  en  La  Guaira   el  15 de  Diciembre   de   1789. Hijo de Antonio Soublette y Piar y de Teresa Jerez de Aristiguieta y Blanco.
Muy joven se incorporó a las filas de Francisco de Miranda como portaestandarte y, gracias a sus innatas condiciones, el generalísimo lo ascendió a teniente coronel con la responsabilidad de subjefe de la sección de caballería. Miranda le brinda aún más confianza, cuando le hace su secretario militar y, en 1812, primer ayudante de campo.
En este mismo año de 1812, el 12 de febrero, Carlos Soublette se casa con Olalla Buroz y Tovar, ambas familias de abolengo. Enamoradizo y mujeriego, Soublette le fue infiel a Olalla, quizás porque no era una mujer bella: él la llamaba mi urraca. Celosa, pero resignada, sufrió mucho con las veleidades de su esposo. Un día explotó con esta frase: mi esposo es un conquistador de quincalla: disciplinado como es, en sus constantes infidelidades se cree autorizado para cometerlas por el ejemplo de Bolívar en Colombia y de Páez en Venezuela. Se cuenta que en otra ocasión llega el presidente Soublette bien entrada la noche, encuentra la puerta cerrada, toca una y otra vez; cuando, finalmente, le contesta doña Olalla, al preguntarle su identidad, él responde: soy yo, el presidente; a lo que la airada esposa riposta con ironía: debe haber un error; el presidente es un hombre serio y está durmiendo desde temprano, como corresponde. Y no le abrió la puerta.
Perdida la primera República, Soublette emigra a Haití y participa en la expedición de Los Cayos (1816) y contribuye al éxito de muchas acciones honrosas en oriente. En 1819 acompaña al Libertador a la Nueva Granada, batiéndose con heroicidad al igual que José Antonio Anzoátegui, a tal punto que cuando Bolívar recibe en Bogotá las coronas de laureles, las coloca en las sienes de Soublette y Anzoátegui, diciendo que eran ellos quienes las merecían.
Instalado el Congreso de Angostura (1819), Soublette es nombrado director de la guerra en las provincias del centro y vicepresidente de la República.
Después de la batalla de Carabobo le correspondió realizar la campaña contra los realistas que se habían refugiado en Coro y Maracaibo, hasta que fueron definitivamente desalojados en julio de 1823 cuando se dio la memorable batalla naval del lago de Maracaibo.
Con el grado de general de división, Soublette actúa como intendente del Magdalena; luego es nombrado ministro de Guerra y Marina en Bogotá. En 1829 firma el acta que se envía a Bolívar participándole la decisión de Venezuela de separarse de Colombia. Este era un viejo pensamiento de Soublette que cuajaba también en la mente de muchos distinguidos venezolanos de la época.
En 1835, siendo vicepresidente, fue designado por el gobierno venezolano para que arreglara con España un tratado de reconocimiento de la independencia; inició las conversaciones, pero la renuncia de Vargas como presidente le hizo volver a la patria, llamado para concluir el período presidencial, en su condición de vicepresidente.
La forma armoniosa como condujo el país interinamente hizo que se pensara en él nuevamente para el período 1843-1847. Electo presidente constitucional con el 66,66 % de los votos, se posesionó el 28 de enero de 1843. Realizó una brillante labor que fue reconocida por propios y extraños, pese a la tenaz oposición de algunos periodistas que lo insultaban soezmente.
Dice Arroyo Lameda que "la presidencia de Soublette marca uno de los períodos más felices y fructíferos de la historia de Venezuela".
Durante su gobierno se indultó a los comprometidos en la revolución de las reformas, pero, en cambio, se le dictó sentencia de muerte al coronel Francisco María Farías, prócer zuliano, por haber encabezado una insurrección en Maracaibo.
En 1845 se firmó el Tratado de Reconocimiento de la Independencia, Paz y Amistad entre España y Venezuela.
Soublette se caracterizó por un escrupuloso manejo de los dineros del Estado. Dio rienda suelta a la libertad de expresión, lo que fue aprovechado inescrupulosamente por algunos panfletarios. Una anécdota pinta de cuerpo entero al Soublette demócrata y comprensivo:
Francisco Robreño representó como galán algunas obras en El Coliseo de Caracas. También escribió teatro. En una de sus obras, Excelentísimo Señor, se burlaba del presidente Carlos Soublette. Este ordenó que se presentara en su despacho con los originales de la obra teatral. Impuesto Soublette del contenido de la pieza, comentó:
"Efectivamente, veo que usted se burla un poco de mí, pero no está mal: yo esperaba algo peor. Venezuela no se ha perdido, ni se perderá nunca, porque un ciudadano se burle del presidente. Venezuela se perderá cuando un presidente se burle de los ciudadanos."
Murió el viejo prócer a los 80 años de edad, el 11 de febrero de 1870, en Caracas. Como homenaje póstumo a este servidor de la patria, Felipe Santiago Casanova escribió: "Hoy, al pagar su tributo a la naturaleza, después de ochenta años de edad, el soldado en los días de peligro, el Magistrado en el Despacho Administrativo, el Diplomático defendiendo los derechos de su Patria en Europa, el Legislador en muchas de nuestras Asambleas, y el estadista a quien tanto debe esa misma patria, deja por toda fortuna a su familia una noble indigencia y un nombre inmaculado".
Los oficios religiosos se realizaron el día 14 en la Iglesia Metropolitana, de donde el cadáver fue trasladado al cementerio de Los Hijos de Dios. El diario La Opinión Nacional completa la necrología:
"Deja un bastón -el que usó cuando fue el Jefe de la Nación, el que en sus manos significó la verdadera República, el poder de la ley- deja un sombrero, un par de charreteras y una espada. No deja más: no tiene otros bienes." Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 7 de febrero de 1970.
El  General Carlos  Soublette,   es   ejemplo de  entrega, constancia, valentía, responsabilidad,  solidaridad  y  amor  a la  patria   que   cada uno de   los venezolanos  deben   imitar.